LA CORREGIDORA, Revista: A4manos, 17 de agosto de 2019.
Mi racha de buena suerte se extendió por varios días. Compré un billete de lotería que salió premiado, aunque como era un “cachito”, apenas cobré mil pesos. En el Melate me gané mil dos cientos. Caminando encontré un billete de cinco dólares y otro de cien pesos.
Otro día, de camino al banco, pateé lo que parecía un simple papel doblado, pero al levantarlo resultó ser un cheque al portador por tres mil 750 pesos, con los cuales pagué mi tarjeta de crédito.
La increíble racha sólo podía tener un motivo, así que revisé la cartera, y sí, ahí seguía la moneda.
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